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lunes, 25 de julio de 2016

Niños de alta demanda. ¿Qué les caracteriza y cómo ayudarles?

Dentro de mi profesión y mi entorno a veces surgen nuevos casos, nuevas experiencias e inquietudes.
Este tema en concreto me está llamando bastante la atención. Pues analizando las características de este tipo de personalidad, la de los niños de alta demanda, me he dado cuenta de que, para padres y, a veces, para profesionales son totales desconocidos.
Esos niños que te invaden de preguntas, que ven lo que otros no, que se frustran con facilidad... Quizás, si conociéramos un poco más sobre ellos, sería más fácil poder ajustarnos a sus necesidades individuales, ayudarles y hacer más llevadera nuestra labor como docentes o como padres.
Por ello, en este post reflejaré las características más destacadas de estos niños y cómo actuar ante sus demandas y ofrecerles recursos para su adaptación al entorno.

Los niños de alta demanda se caracterizan por:

  • Ser niños que captan muchos más estímulos que otros.  Se dan cuenta de detalles que otros pasarían por alto.
  • Demandan constantemente atención. Tanto a nivel emocional, de conducta y/o congnitivo. Es el niño de la "eterna pregunta". Todo lo cuestionan y piden explicaciones lo que les lleva a volver a cuestionar nuevamente.
  • Se frustran con facilidad. O, dicho de otro modo, se frustran constantemente, si el entorno no atiende a sus demanda, lo que puede desembocar en rabietas. Suelen estar mucho tiempo de mal humor.
  • Son muy perseverantes. Persiguen sus objetivos y no cejan en su empeño hasta que lo consiguen. En  estos intentos reitarados parace de nuevo la frustración cuando fallana en su objetivo.
  • Necesitan el apoyo del adulto para resolver sus conflictos o enfrentarse a nuevas situaciones. Al ser más sensibles en la percepción del mundo, tienden  ser más miedosos e inseguros. Ven más amenazante lo que no pueden controlar.
  • Suelen dormir poco, pues pasan muchas horas activos. Pero, cuidado, no son hiperactivos. Estos niños son capaces de terminar actividades y dedicarles el tiempo que sea necesario para cumplir sus objetivos, si están motivados para ello.
  • Tienen un nivel de ansiedad bastante alto. Constantemente están en alerta.
  • Parece que las cosas le afectan más que a otros, le dan más importancia.
  • Son niños mimosos y que requieren del contacto físico para sentirse más seguros.
Unas aclaraciones al respecto:

- No debemos confundir niños demandantes con niños de alta demanda
- No son hiperactivos.
- Ser un niño de alta demanda no es negativo, es un tipo de personalidad, como otro, pero que, por sus características, suele ser agotador para los padres. No es sinónimo de problema, sólo debemos aprender a trabajar con ellos. Y si, en algún momento, no sabemos cómo o necesitamos ayuda..¡para eso estamos los especialistas!

Algunas pautas a tener en cuenta:

- Es importante repartir el "trabajo", si se puede. Son niños que pueden agotarnos ante su necesidad de atención. Así que si podemos ser más de un agente educativo los que estemos involucrados, mejor.
- No sólo tenemos que trabajar con él, sino con nosotros mismos. El control emocional personal, el ser consciente de sus necesidades y el mayor conocimiento de la forma más eficiente para relacionarnos con él, depende de nuestro entrenamiento y la adquisición de conocimientos al respecto.
- Deben aprender a tolerar la frustración. El atender a todas sus demandas en un primer momento puede reducir su ansiedad, pero a la larga no le beneficia. Además, después de fijar un objetivo puede hacerlo con uno nuevo en un período corto de tiempo después. Es mejor razonarle las cosas y darles recursos para que lo consigan por sí solos, si se puede.
- Trabajar el conocimiento y la canalización de las emociones puede ser muy beneficiosos para él. A través de las artes, el deporte, la relajación...
- Si se muestran tranquilos, contentos, reforzarle positivamente su conducta. Todos los mensajes positivos acerca de su comportamiento, personalidad... harán que construya un autoconcepto positivo.
- No hacerle caso, no funciona. Eso le creará más ansiedad. Dedicarle un tiempo de calidad,  hará que se muestre más seguro. Esto no quiere decir que atendamos todas sus demandas. Debe haber un equilibrio entre la disciplina y el cariño, aunque si se vence la balanza hacia un lado, mejor hacia la del cariño con estos niños.

Si les ayudamos a utilizar las características  de su personalidad de manera beneficiosa, sin duda, serán adultos ingeniosos, curiosos, muy buenos en las relaciones sociales, con mucha pasión en lo que hagan, constantes... y le ayudarán en vida.